Ternera jugosa y cecina a la plancha se abrazan con el dulzor de la cebolla caramelizada y el carácter del queso de cabra. Todo envuelto en pan rústico, con alioli de ajo asado y el toque aromático de un aceite infusionado con romero y tomillo.
Un bocado que huele a pueblo, a leña, a recetas que se han contado al calor de la lumbre.

El Japón más canalla aterriza en la sierra: contramuslo de pollo empanado en panko y pintado con salsa hoisin caramelizada al soplete, sobre una base de mahonesa japonesa con su punto canalla. Por encima, una ensalada crujiente de col, zanahoria y pepino al estilo Tokyo, rematada con semillas de sésamo tostado. Crujiente, jugosa... y con mucho salero.

Clásico americano con alma de feria y corazón de asador. Panecillo tierno, tomate y lechuga crujiente abren paso a dos carnes de vaca aplastadas en la plancha, cada una coronada con cheddar fundido como manda el gospel del queso. En lo alto, una cucharada generosa de coleslaw casero y la tapa final.
Una burger para comérsela con las dos manos y el alma entera.

Una hamburguesa con más personalidad que la verbena de tu barrio. Pan artesano, guacamole fresco y rúcula para abrir boca, una jugosa carne adobada con jalapeño y cebolla para darle fuego, coronada con una cremosa salsa de queso cheddar, pico de gallo bien fresco y nachos crujientes machacados que le ponen el toque canalla. Lo de chingona no es por gusto… ¡es que te cambia la cara!

La joya vegetal de nuestra carta: una burger 100% vegana con corazón árabe y alma serrana. Sobre un mollete de cristal crujiente, se asienta una capa de berenjena asada con su puntito de limón. Encima, brotes de rúcula y tomate fresco para refrescare, y como estrella, una hamburguesa de falafel que te lleva directamente al zoco. Rematamos con un rodaja de naranja y una salsa cremosa de yogur vegetal con lima, pepino, zanahoria, ajo y hierbabuena. Ligera, exótica, sorprendente... y más natural que una siesta al sol,