Es uno de los Tés Verdes japoneses más populares, apreciado tanto por samuráis como por monjes zen.

Té verde, rodajas de limón, trocitos de melón confitado, rosa amarilla, moras, limón mirto, flores de girasol y verbasco.

En una base de gunpowder se combinan la suavidad de este té con el frescor de las hojas de menta verde.

El sabor del paraíso se esconde tras las notas dulces de mango, mandarina y maracuyá

Considerado el Té de la eterna juventud, su dulce sabor se une a la papaya, manzana, mora, flor de caléndula y jazmín.

Té negro, piña confitada, trozos de manzana, almendra, cáscaras de limón, gránulos yogur y flores.

Inspirado en la medina de Marrakech. Té negro, cascara de naranja, pimienta rosa, cilantro, cardamomo y clavo.

De aroma discreto. Considerado como uno de los mejores tés negros. Cultivado a pie de las cordilleras del Himalaya.

Rooibos, trozos de chocolate, cáscaras de naranja, flores de azahar y aromas.

Una mezcla propia, el afrutado sabor del Rooibos, se une con la delicadeza floral de la lavanda.

Rooibos, cáscara de cacao, trozos de chocolate, rodajas de plátano, gránulos de yogur y frambuesa.

Rooibos verde, chocolate blanco, copos de coco, pistachos, cáscaras de cacao y vainilla.

Piel de naranja, trozos de canela, raíz de regaliz y de angélica, jengibre, hinojo, cardamomo, diente de león, clavo y bayas de enebro.

Perfecta para hacer la digestión, pero también para el dolor de garganta. Jengibre, lemongrass, cáscara de limón, polen.